martes, 29 de junio de 2021

Punzones con impronta.

Los cuños, son el soporte vital para confeccionar monedas.

A lo largo de la historia, el procedimiento para crear las improntas de los cuños, que luego se estamparán en los cospeles, definiendo las consabidas monedas, ha experimentado pocas variaciones.

Desde tiempos muy remotos (antigua Grecia y Roma), los abridores de cuños, gozaban de una serie de ventajas técnicas que facilitaban su trabajo y agilizan la producción de los troqueles necesarios para acuñar moneda.

Cuño Republicano, Denario de Marco Antonio.


Cuando un artesano se enfrentaba a un cuño nuevo, lo abría, generalmente no de una forma directa, sino, a través de los diferentes punzones que modelaba previamente.

Punzón del busto de Fernando VII. "Tesorillo.com"


Estos punzones, ya templados, poseían los distintos artes que iban a ser labrados en negativo en las superficies de los cuños. Debido a este avance, el abridor de cuños, se beneficiaba de una manera más acertada y organizada, mejorando la disposición de todos aquellos símbolos y detalles… que iba a albergar el troquel.

El tener diferentes punzones sobre los disitintos motivos del arte de la pieza, ayudaba al artesano, a corregir errores, solventar modificaciones y confeccionar nuevas improntas de una manera más rápida.

Diferentes punzones. "Tesorillo.com"


Tenemos que tener en cuenta, que los cuños poco a poco van sufriendo su deterioro al choque continuo de los mismos con los cospeles que reciben la impronta… es más fácil por ello, y más ágil, constituir nuevos troqueles gracias al estampado de los punzones, que a abrir directamente el cuño, sin ningún otro tipo de ayuda que el de un buril.


Los buriles pues, parecen estar relegados a abrir los artes de los punzones en positivo, y a refinar el arte de los elementos de los punzones que ya han sido estampados en la matriz de los cuños… pero estas ligeras modificaciones, aplicadas directamente sobre el arte de los cuños, parecen ser más visibles, y asiduas, en las acuñaciones de finales del siglo XIX, dónde las matrices, empiezan a confeccionarse con un único punzón que integra todos los elementos de la moneda.

Sí por ejemplo, nos remontamos a la época visigoda, observamos, como ciertas monedas, poseen en los elementos de su arte (letras y “dibujos”) unas líneas guías, que seguramente se hincaron en la matriz, para referenciar la posición de los distintos elementos, que mediante los punzones o puede que de manera directa, se conseguían trasladar a la superficies de los cuños… favoreciendo la simetría de todos los elementos del arte de la pieza.

Fragmento de triente visigodo. Se aprecian las líneas guías en los dos símbolos de la derecha.


Para aumentar la durabilidad de los cuños, amenazada por los contínuos embistes, propios de las reiteradas acuñaciones, éstos, debían estar fabricados en un metal duro y resistente, como puede ser el propio hierro templado.

Ya desde la Edad Media, se conserva algún que otro cuño de hierro templado.

Mas adelante, estos cuños se confeccionarán en acero templado... El acero incorpora carbono en su estructura, lo que lo hace más resistente y maleable.

Los soportes y elementos necesarios para sujetar los cuños en su elaboración, y trabajar  en la apertura de los mismos, etc, eran creados por los propios grabadores.

Para la adopción concreta de los punzones que se iban a elegir en la apertura de los cuños, también se realizaban pruebas.

Estas pruebas de punzón, se grababan sobre una matriz, que posteriormente se trasladaba a planchas de metal o cospeles. Gracias a ello, se conseguía ver la profundidad del hincado de los diferentes artes de los punzones, la calidad artística de los mismos y otra serie de detalles.

Matriz en la que se muestran distintas marcas de punzones de prueba. www.eldatonumismatico.wordpress.com


Hemos visto como los punzones, se utilizaban para abrir cuños, pero también servían para estampar contramarcas o resellos en las monedas. En este caso, los punzones estaban grabados directamente en negativo, puesto que  transferían el arte, en positivo a la moneda, sin pasar por ningún tipo de intermediario.


Prueba de punzón del resello a VIII de 1654/5, realizada sobre un cuarto de Felipe III resellado.


Para este cometido, también se probaban dichos punzones, antes de acometerse directamente sobre las monedas.

Tenemos así, diferentes pruebas de punzón ejercidas sobre monedas ya acuñadas.

También existen pruebas de acuñación de matrices en metales más maleables, como el plomo.

Prueba de punzones en plomo, de un excelente de los Reyes Católicos. Monedaslimpias.com





Prueba de punzón en cospel de plomo, de un 8 maravedíes de Fernando VII. Monedaslimpias.com


La técnica para acuñar sobre cospel, mediante el martillado, a mejorado a lo largo del tiempo… sólo tenemos que ver la evolución de los soportes que albergan los cuños, para darnos cuenta de ello (cuños a martillo, cuños por imprenta de volante, mejora de los volantes…)

Gracias a ello, también se ha mejorado el aspecto de las monedas, con un mayor relieve del arte de las mismas, mayor realismo, mejor sincronía en relación al anverso y al reverso de las piezas, módulos más grandes, cordoncillos, etc… 


Cuño de un 8 reales de México de Felipe V. Museo Numismático Nacional, Casa de Moneda de México.


Sin embargo, en la antigüedad, cuando el trabajo se prestaba a ser rápido... Predominaba el tamaño del propio módulo de las monedas y el peso de las mismas, descuidando detalles para ellos, “más banales” como la simetría…


Os dejo vídeo...


Vídeo

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