Las monedas que nosotros, los numismáticos, utilizamos para coleccionar, difieren de aquellas que consideramos, específicamente de inversión.
Mientras unas se coleccionan teniendo en cuenta diferentes principios; gustos, historia, arte... Otras, se "almacenan" siendo destinadas a guardar un capital y a rentabilizarlo con los años.
Las monedas de colección, suelen haber estado inmersas dentro del curso legal de los países que las acuñaron. Poseían o poseen, valor nominal y estaban confeccionadas en su mayor parte, de metales como el cobre, la plata o el oro. Con el tiempo, se acuñaron monedas incluso de platino, y de otros materiales menos nobles como la cerámica, y diversas aleaciones, hechas con metales como el cinz, el aluminio...
Las monedas de inversión, sim embargo, suelen estar acuñadas en los metales más valiosos: plata, oro, platino y paladio... Son éstas, piezas, generalmente, también de curso legal, pero que no están dentro de la circulación usual y que poseen un valor nominal muy alejado del contenido intrínseco del metal del que están hechas.
Las monedas de inversión, están generalmente avaladas por los gobiernos pertinentes y se acuñan normalmente, en cecas oficiales.
En cuanto a la plata se refiere, las monedas de inversión, gozan de una ley altísima, casi pura... Las monedas de inversión más fiables poseen un contenido de 999 milésimas de plata (siendo 1000 milésimas la máxima consideración que tiene este metal) y piezas como el Maple Leaf añaden 9 puntos más de porcentaje de este metal argénteo en sus monedas, concretamente un 999.9 % de plata... Sólo un 000.1 porciento de la moneda, está hecho de otro metal.
Una onza de plata libertad mexicana... Una verdadera joya para la inversión y también para colección.
Son monedas, las de inversión, que al no circular, se pueden permitir esta característica, pues cuanto mayor es el porcentaje de pureza de metal que albergue la pieza en sí, más maleable será... Y no tendría sentido que circulasen, pues estarían expuestas a sufrir más daños que aquellas monedas que sí que están destinadas a moverse de mano en mano, y que al detentar otros metales aleados con la plata, fortalecen la estructura de las mismas...
Las monedas de colección, también pueden ser consideradas monedas de inversión, atendiendo sólo al principio del valor del metal. Ésto ocurre, por ejemplo, cuando ciertas piezas de colección, pierden valor numismático y sólo valen lo que su peso y su tipo de metal, establecen. Aún así, la mayoría de las monedas de colección que se emplean en inversión, no alcanzan nunca las 999 milésimas, llegando a tener como máximo, 925 milésimas.
Por otro lado, algunas monedas de inversión pueden estar a caballo entre lo que pudiera considerarse expecíficamente colección e inversión.
Hay piezas interesantes, como las onzas de plata libertad, acuñadas en México, que están cogiendo cada vez más prestigio... No descartemos que en un futuro, algunas de ellas (ya sea bien por su tirada, o algún otro tipo de condicionante) alcancen a parte del valor intrínseco del metal, un vamos numismático elevado... A parte, el sólo hecho de poseer una pieza de estas características, con un 999 % de pureza, y con tal belleza, es un placer en sí mismo y una excusa perfecta, para incluirla en nuestras colecciones.
Os dejo el vídeo para completar esta entrada.
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