El mundo de la numismática es muy amplio, existen muchos perfiles de coleccionista... normalmente todos queremos pagar menos dinero de lo que se ofertan por ciertas piezas, pero debemos tener en cuenta, que dicha "rebaja", siempre tiene que estar acorde con la importancia de la moneda que deseamos adquirir... Eso no quiere decir que en ocasiones surjan "chollos" de los cuales podamos beneficiarnos.
Si nosotros queremos comprar un Ferrari, el descuento que deseemos sacar por él, debe estar hermanado con el el sentido común. Es absurdo y poco profesional, intentar conseguir este tipo de coche al mismo precio que un Fiat Barchetta...
Lo mismo ocurre con las monedas... No podemos pretender exigir una rebaja en un ocho Reales del Real Ingenio de Segovia, que sea desproporcionada... Si por ejemplo, la pieza cuesta 1500 euros, con suerte tendremos un margen determinado para poder conseguirla más barata... Para ello, debemos conocer el mercado, y saber cuál es el momento de oferta y demanda en la que vivimos. Sería un insulto de cara al vendedor, intentar rebajar la pieza de 1500 a 700 euros, salvo, que una vez estudiada la moneda en cuestión, veamos que era un precio desorbitado (que también a veces pasa).
Creo que el hecho de regatear, es un placer en sí mismo... El pensar que algo que compramos nos ha salido a un precio más barato, crea una satisfacción personal que en cierta medida es como si nos disculpara de una compra con un precio elevado.
A veces, aunque el precio sea mayúsculo, si la pieza es curiosa, el placer viene dado, por saber que aunque hemos abonado lo que el vendedor nos pedía, sabemos que éste, podría haberla puesto a un precio mucho mayor, porque la moneda lo vale. En otras circunstancias, el haber conseguido una medalla, moneda o sello, que llevábamos persiguiendo durante años, parece eximir del todo la compra de una pieza con alto valor económico.
Están los coleccionistas completistas, que cierran colecciones, en base a las fechas, valores, cecas... Con referencias en catálogos determinados... Y también los coleccionistas que establecen su forma de coleccionismo, de una u otra manera... Los que por ejemplo sólo coleccionan monedas con rostros mirando a izquierdas, monedas de plata, u oro, monedas con rarezas, monedas falsas, o falsas de época, monedas de ciertos períodos o ciertos monarcas, monedas incusas, monedas no catalogadas...
Dentro de mi manera de coleccionar, debo decir, que me encanta en demasía adquirir monedas raras y poco comunes, monedas no catalogadas o monedas con un alto carácter historicista que no siempre tienen que estar en una excelente conservación.
A veces me da por buscar piezas muy extrañas, en las que su valor radica precisamente en ese conocimiento que en ocasiones "queda oculto a ojos de los demás". Para mi, ese valor, y esa rareza... No resta si la moneda no está tan bien conservada (dentro de un rango determinado y en función del tipo de pieza)
A la hora de decidirnos a comprar alguna moneda rara, sin duda, debemos tener en cuenta, que normalmente, el primer golpe de vista, es el que nos va a garantizar que la moneda sea una buena adquisición... En ocasiones, cuanto más dudemos sobre ella, más garantías tendremos de que la moneda sea falsa... Pero es evidente, que a veces es indispensable ahondar sobre las características que la envuelven... En otros casos, justamente esas dudas, van a procurarnos salvarnos de una mala compra.
8 maravedís del pretendiente Carlos V. 1837. R.I. Segovia. Pieza subastada por Stack's Bowers Galleries. Lote 21387. 13 de Enero de 2018. Precio de salida 1.500 USD.
Para acertar, siempre va a ser importante conocer la pieza que queremos comprar, o tener unos conocimientos generales sobre numismática, que en ciertos momentos, podemos aplicarlos a distintas monedas... Lo que se llama un conocimiento globalizado.
La compra de estas piezas "raras", en ocasiones si es inmediata, nos va a garantizar el no "perderla". Me explico; si por ejemplo sale a la venta por subasta una pieza atractiva que estamos buscando desde hace tiempo o por otra serie de cuestiones... es "peligroso" esperar a poder conseguirla, pues alguien más rápido podría "levantárnosla". Pero para realizar este tipo de compra, también tenemos que tener unos conocimientos determinados, que haga, que la adquisición de la pieza subastada, pase de ser impulsiva a simplemente rápida. Esos conocimientos que hemos adquirido nos deben servir de manera racional para conseguir una moneda a un buen precio, o a un precio acorde a las circunstancias.
2,5 Céntimos de Escudo de Madrid. Isabel II. Doble acuñación en cospel. Muy rara.
En ocasiones estamos buscando una moneda desde hace años. En este caso, es normal que hayamos aprendido sobre ella antes de haberla adquirido... Por ello, es muy difícil errar a la hora de establecer la compra.
Si por ejemplo llevamos tiempo buscando las 25 milésimas de escudo de 1868 del Real Ingenio de Segovia y la hemos estudiado bien, sabremos que es la última pieza que se acuñó en el Real Ingenio, y la primera del Gobierno Provisional... Este simple conocimiento, nos ayudará mentalmente a desembolsar un dinero, que de otra manera, a una persona que empieza, no se le pasaría por la cabeza. ¿Y por qué pasa ésto?; Porque el tiempo de estudio histórico y numismático por el que hemos ya pasado, las relaciones que hemos tenido con otros coleccionistas, la valoración del mercado, etc, nos han ayudado a aprender y conocer un sector, que realmente, nos ha abierto la mente... Hemos aprendido verdaderamente a apreciar las piezas, a entender por qué valen tanto y llegado el punto, a intentar conseguir alguna de ellas, convirtiéndonos en verdaderos numismáticos... Ojo, también hay que tener en cuenta, que todos tenemos un "yo interior" posesivo, al cual, tendremos que tapar la boca para no oirlo... "Comprar cuando se pueda comprar, que primero es el pan..."
25 milésimas de escudo de 1868. Ceca de Segovia. Subastada por Martí Herrera y Soler y Llach. 25/10/2011. Precio de remate de 700 euros más IVA y gastos de envío.
No siempre las "piezas caras" tienen que ser las primordiales para ser coleccionadas, también en un rango económico menor, están todas aquellas monedas "igual de importantes".
Lo que deseo que entendamos con esta entrada, es que el ser humano, tenga el dinero que tenga, normalmente va a querer adquirir un objeto por el menor dinero posible... Pero en esa búsqueda, siempre tenemos que tener en cuenta, que no es factible aplicar el mismo descuento a monedas tan dispares.
Volviendo al caso anterior, imaginemos que llevamos mucho tiempo buscando esas 25 milésimas, y nos encontramos conque se vende una, a un precio asequible... ¿Me voy equivocar si la compro? ... Evidentemente, el adquirir una moneda o una medalla, aunque no estemos pensando en venderla en un futuro, según qué pieza hayamos conseguido, nos va a garantizar un dinero seguro a largo plazo. Es decir, tendremos la garantía de que no hemos "tirado el dinero" como cuando compramos un coche o un ordenador y no lo digo porque estos objetos no sean vacíos ni indispensables, si no, porque una vez los compramos, empieza a bajar su valor económico... Con las monedas, y según qué piezas, siempre poseeremos la garantía de que el dinero está bien invertido, porque normalmente llegado el caso, podremos recuperarlo.
Como decía anteriormente; ¿Nos estaremos equivocando en comprar esta pieza? ¿Será acorde el precio?... Si hemos estudiado la moneda con anterioridad, o incluso con posterioridad, sabremos que la moneda será "buena o mala" y lo que puede valer... Si por ejemplo, en este caso específico, vemos que el cospel no tiene roturas de cuño, sabremos que la pieza no será original, y tb sabremos, que por tener esta rotura, en este caso específico, la moneda no va a valer menos.
Es indispensable visitar precios de remate en subastas, y en otras fuentes de conocimiento, para saber el rango de precios por el que se pagan por las piezas, así nos será más fácil acertar con una buena compra.
Conclusión: antes de realizar según qué compras, hay que saber bien qué se compra.