Suelen predominar aquellas monedas, que encuadraríamos dentro del periodo contemporáneo. Hay bastantes rarezas dentro de esta tipología…
Normalmente, abundan las piezas borbónicas. Hay que distinguir entre monedas puramente realizadas para el sector de la joyería y entre aquellas que tuvieron intención de circular y de suplantar a las “reales”. Las primeras, suelen ser toscas como ellas solas, las segundas, varían en cuanto a su arte se refiere, destacando cospeles con improntas algo diferentes a las originales y monedas, con excelentísimo acabado, algunas, incluso más valoradas que las “verdaderas” como pueda ser el caso de las 25 pesetas de platino con baño de oro de Alfonso XII, o los 100 Reales de Isabel II, también efectuados con platino.
Es muchísimo más difícil, hayar monedas del periodo de los Austrias, que estén falsificadas y que sean del tiempo en el que circularon las mismas. No me refiero, sin embargo, a los maravedís de busto de Felipe IV, que como dijimos en otras entradas, fueron monedas mucho más prolíficas, que las originales. Es maravilloso contemplar, como a veces los falsarios realizaron verdaderos esperpentos en su arte… expléndidas joyas de la historia, que gracias a ellos, podemos hoy en día, disfrutar.
Pero si ciertas monedas falsas de época, son difíciles de ver, mucho más lo son aún,
aquellas que fueron creadas para aprender el oficio de grabador.
Fruto del aprendizaje de alumnos grabadores no coetáneos, posteriores, surgieron reproducciones, de monedas anteriores al circulantes de esa época.
La Escuela de Grabadores de Madrid, se origina en el siglo XIX. Es concretamente en el año 1804 con Carlos IV, cuando se funda el "Departamento de Grabado y Construcción de Instrumentos y Máquinas Para la Moneda", siendo Pedro González De Sepúlveda, el grabador oficial, que se ocupe de la dirección de tales menesteres.
Los alumnos, realizaban todo tipo de trabajos, basándose generalmente en épocas pasadas, intentando reproducir aquellas monedas tan características.
Generalmente, las monedas que se emulaban, no poseían las mismas características intrínsecas de las originales (en caso de monedas de oro y plata)
Excogían el cobre y el bronce, para llevar a cabo sus trabajos... aunque en circunstancias diversas, sí es cierto, que esta premisa, no tenía lugar y acercaban todo lo posible, el parecido de la copia, al del original, para lo cual, no se ocupaban sólo de imitar el arte de la moneda, si no que además, usaban los mismos metales de los que estaban hechas las fuentes, ajustando peso, diámetro… son los conocidos casos de las reproducciones de los cincuentines (más sobre los 50 reales)...
Son menos comunes, encontrar monedas de busto del monarca Felipe IV, de la Escuela… pero haberlas haylas.
Todavía, hay poco escrito sobre estas reproducciones, esperemos que el tiempo nos dé algún tratado con el que poder catalogar mejor nuestras piezas y saber más sobre ellas.
Os dejo esta bella reproducción de 16 maravedís de Felipe IV
Reproducción de la Escuela de Grabadores de Madrid, de 16 maravedís de Felipe IV de 1664 con ceca de Segovia. Siglo XIX.