Normalmente, a menor estado de circulacion, mayor estado de conservación... Aunque esta premisa, no siempre funciona, pues existen una serie de variables, que determinan el estado final de la moneda.
Los coleccionistas de los cobres del periodo de 1661 a 1664 de Felipe IV, tenemos la "ventaja", de que fueron piezas, con poca aceptación en su circulación, a penas 4 o 5 años... Ésto, nos podría beneficiar, a la hora de poder encontrarnos monedas con estados de circulación óptimas.
8 maravedís de Felipe IV con buen estado de conservación.
Existen ejemplos, de monedas que han circulado muchísimas décadas, como es el caso de los céntimos de cobre del Gobierno Provisional de 1870, que se usaron en circulación, hasta bien pasada la Guerra Civil Española... Estas piezas, son difíciles de ver en calidad S.C, pues fueron muy circuladas.
16 maravedís de Felipe IV con bastante circulación y pátina marrón.
El problema, con nuestras monedas del periodo de Felipe IV, es que el cobre, se degrada más rápidamente en ambientes "menos propicios"... Y aunque fueran 5 años de circulación, son éstos suficientes, para "llevar a mal puerto" el grabado de las piezas, ya que, al fin y al cabo, pasaron por muchas manos, y no es, como decimos, un metal tan noble como pudiera ser el oro y la plata. (Más sobre identificación de monedas de plata)
Por otro lado, la cantidad ingente de falsificaciones (que supera con creces a las monedas oficiales) con cuños defectuosos o muy utilizados, no ayuda en nada a este aspecto. (Más sobre falsificadores)
16 maravedís falsos de época de Felipe IV con ceca de Sevilla, en buen estado de circulación.
Fueron monedas las de este periodo, tan falsificadas, y al final tan "poco queridas por la corona española", que seguramente, muchas acabaron siendo fundidas para otros menesteres... Así que, nos han llegado, menos monedas en excelente estado de conservación, de las que en un principio, pensásemos.
Hay que matizar también, que la calidad de las acuñaciones (sean a martillo o a laminación) no son siempre las mismas. (El trabajo de los abridores de cuño con Felipe IV)
Excelente acuñación de un ochavo de Felipe II de ceca de La Coruña. Se ve claramente el león, a penas sin circular.
Hoy día, sabemos que bastantea monedas, tuvieron una acuñación "pasajera", debido a la premura de los trabajos artesanales (tal es el caso de las monedas acuñadas a golpe de martillo)
4 Maravedís de Felipe IV a martillo, ceca de Sevilla. Nótese el paso del tiempo en este tipo de piezas.
Supuesto pràctico:
Imaginemos ahora, a dos monedas de 1662. Una, introducida en una caja hermética en 1664, no abierta hasta nuestros días, y otra, mejor acuñada y menos circulada, que apareció hace aproximadamente un año, en unas remodelaciones, de cualquier acera de nuestra ciudad...
¿Cuál de ellas estará mejor conservada?
Seguramente la primera, (la que tenía un peor estado de circulación en 1664... así que, a este estado de circulación, de la moneda, se deben unir, aquellos condicionantes que hacen que no se degrade la misma (oxidación, golpes, calidad del metal acuñado...)
Un buen indicativo a considerar en una moneda de esta época, en calidades más que aceptables, es encontrarnos rebabas en ciertas partes de la pieza, grafila, busto, leyendas... A veces, la propia pátina (si la moneda estuviera con acuñación leve) puede clarificarnos el estado de conservación de la moneda... Y en el caso de ciertos módulos, la capa de plata que "cubre" todo el cospel de las "más afortunadas".
16 maravedís de Valladolid con plateado. Se puede apreciar el perfecto estado de conservación de esta pieza tanto en la pátina como en las rebabas de las leyendas.
Otro error que se suele cometer, es identificar como sinónimo de S. C, la denominación de "flor de cuño".
Los primeros cuños de una serie de monedas, a penas tienen desgaste por su poco uso, por lo que las piezas acuñadas, detentan mejores improntas en su arte. Pero, estas monedas en flor de cuño sí pueden haber circulado mucho, por lo que la consideración de S. C, debe desaparecer inmediatamente.