La ceca de Segovia, es con diferencia, la casa de moneda más prestigiosa de todos los tiempos. Las monedas más valoradas del mundo de la numismática (salvando excepciones) surgieron en esta hermosa ciudad, de la cuál me siento orgulloso de haber nacido.
Una de las puertas de acceso, del Real Ingenio de Segovia, construida por Fernando VII.
Una fábrica, que ha sido rehabilitada, gracias sin dudarlo, a los esfuerzos que acometió, el maestro Glenn Murray, al frente de la Asociación de Amigos de la Casa de la Moneda de Segovia.
El turismo en Segovia, se alimenta sobre todo, por el sector hostelero, con su conocidos cochinillos, corderos lechales y ponches segovianos...
En cuanto a visitas con tintes culturales... la afluencia de gente, se deja ver en monumentos de buen empuje, como el Acueducto y el Alcázar. En otro orden de visitas, tenemos, la Catedral, y la Casa de Antonio Machado, la Judería Vieja con la zona amurallada y la Iglesia de La Veracruz... Apostaría por decir, que la Real Casa de la Moneda, es el lugar menos frecuentado.
Y ésto es así, porque tenemos una casta política, que hablando claro "Se la trae al pairo".
La excelente restauración que se realizó en este magnífico "monumento monetario" se quedó en el primer proceso planeado... en una buena rehabilitación sin la presencia museística.
Ruedas hidráulicas reconstruidas, del Real Ingenio de Segovia.
La fase consecuentemente más importante, después de este saneado, la que se centra en la idiosincrasia de parecer o no, un museo, está completamente muerta.
Una Casa de Moneda como ésta, la primera que acuñó a molino hidráulico en España (más sobre acuñaciones a molino en época de Felipe IV), y de la que todo el mundo acogió como patrón, años después, debiera ser exaltada, pues sin duda, se lo merece.
Tendría que albergar, piezas de indudable valor histórico, constituyendo una fiel muestra de lo que en su día fue, y para ello, no habría mejor manera, que exibir las monedas y medallas que de allí salieron.
Ciertamente, no todo el mundo sabe de numismática, como no todo el mundo, conoce el cien por cien, de las disciplinas habidas y por haber... Un cierto problema de difusión, entorpece el conocimiento de este edificio industrial. Es patente, la carente publicitación del Real Ingenio (labor, que sin embargo, intenta suplir la Oficina de Turismo de Segovia), que es de suma importancia para nuestra ciudad y para el resto de los visitantes.
No estamos hablando de cualquier ceca, sin desprestigiar a ninguna de ellas... Estamos hablando, de la Ceca más importante del Mundo, la Ceca, donde el dinero, emergía por primera vez, de una manera innovadora, para sufragar los gastos de la corona, de los nobles, de la pequeña burguesía...
En Segovia, que se sepa, hubo más de una ceca.
Una primera, de procedencia Romana. Con el as de Segovia, allá por el siglo I antes de Cristo, se establece por el momento, el primer documento escrito, en el que aparece la palabra Segovia.
Hoy en día, existen dos variantes del as. Una, datada en la mitad del siglo I antes de Cristo y la otra, sobre el primer cuarto del siglo I antes de Cristo.
La palabra "Segovia", se encuentra situada en el exergo de las monedas, bajo un jinete montado a caballo, cuyo arte postcede, a las acuñaciones de los denarios hibéricos, compartiendo una gran similitud.
En el anverso, se nos presenta un rostro mirando a derechas, sobre las letras C y L (que todavía no se han "descifrado").
As de Segovia. Primer documento escrito, hasta la fecha en el que aparece el nombre de la ciudad.
La segunda ceca, sí se tiene constancia de donde pudo estar ubicada, por un grabado firmado en 1565 por Antón Van De Wyngaerde (Antonio De Las Viñas), "pintor ordinario" (paisajista de ciudades) del rey Felipe II.
La Casa Vieja, se encontraba cerca del actual seminario de Segovia.
Fue creada bajo mandato de Enrique IV, en 1455, y continuó acuñando a martillo (no a molino), hasta el reinado de Carlos II... Aunque se sabe, que antes de este monarca y hasta el reinado de Fernando III, (ya acuñaron anteriormente, Alfonso VII y Juan I) se acuñó moneda en Segovia.
En dicha ciudad, la calidad de estas monedas, fue el origen de ciertas disputas entre los comerciantes, que exigían una verdadera equiparación al resto de las monedas extranjeras, hechas con peor factura y menor valor intrínseco, pero de igual consideración nominal o extrínseca a los vellones castellanos.
Juan de Murillo, fue el primer tesorero de taller de la Casa Vieja de Segovia.
La Ceca de Segovia, recibió los mismos privilegios que las casas de Sevilla y de Burgos... los 150 trabajadores que en ella se daban, estaban exentos de ciertas "normas sociales" ...
Ciertamente, el reinado de Enrique IV, resultó ser un periodo muy convulso, en cuanto a economía se refiere (falsificaciones, rechazo del vellón como forma de pago, moneda fiduciaria...) que se alargó en el tiempo, hasta la aparición de Felipe II.
Fue este rey, quien en un intento de mejorar la economía y erradicar las falsificaciones, y también sufragar los gastos de las consecuentes guerras, quien construyó la fábrica de moneda más avanzada de toda su época, con las mejores máquinas de acuñar (novedosas en su funcionamiento) ...adelantándose sin duda a su tiempo, y dejando patente, la formación de uno de los primeros edificios de producción industrial de todos los tiempos.
Blanca de Felipe II con marca de acueducto de doble arcada. Inédita.
En 1580, el archiduque Fernando de Austria, le invita a Felipe II a observar los nuevos ingenios.
Viaja el monarca hasta Alemania, concretamen hasta Innsbruck, para ver con sus propios ojos el funcionamiento de estos nuevos ingenios, emergentes tanto en Francia como en la zona germana.
Los ingenios tuvieron bastante éxito en la Casa de Moneda de Hall, en Tirol, y ahora el monarca quería comprobar si harían lo mismo en España.
Se desestima, la opción, de construir una ceca para estas nuevas máquinas, en Madrid, debido al poco caudal del agua de sus ríos, que en la actual capital, transitan.
Se escoge la ciudad de acueducto, como lugar apropiado. Justo algo más arriba de donde se besan el río Eresma y el Clamores, encima de los cimientos de uno de los molinos de papel, de la zona de la Alameda, propiedad de Antonio de San Millán.
Felipe II, decide instalar su ceca allí, después de conseguir la propiedad del molino y de los terrenos adyacentes, por compra, por 10.000 ducados, a escasos metros del Monasterio del Parral.
Juan Herrera, reconocido arquitecto (artífice de "El Escorial" y la Catedral de Valladolid), cumple las labores encaminadas a levantar tan afamado edificio.
Es a partir del año 1583, cuando empieza a detallarse el emplazamiento de la nueva Casa de la Moneda de Segovia.
En 1584, parece que la fábrica, está ultimada... En el proceso de fabricación, colaboran ingenieros alemanes, desplazados desde su tierra a Segovia.
Los ingenieros, tuvieron que sortear los problemas ocasionados por el río Eresma, creando una presa y cimentando con ahínco (debido al lodo patente) la nueva fábrica de moneda. y en es 1585, cuando se dan las últimas pinceladas y se abren las puertas a grandes lingotes de plata, para su primer laminado. Aún así, no será hasta 1586, cuando se empiecen las primeras acuñaciones oficiales.
Juan de Minjares, y Francisco De Ribera, acometían las órdenes de Herrera.
Aunque en 1587, la construcción de la real fábrica de moneda segoviana, se da por terminada... Francisco de Miranda, seguirá ampliando el edificio hasta 1607. El aparejador Pedro de Brizuela, continuará realizando obras en el Real Ingenio, hasta 1616.
En 1592, Felipe II dicta unas ordenanzas, para el buen gobierno de la casa de la moneda.
Como rasgo distintivo de ceca, ya desde el periodo de los Reyes Católicos, se coloca la marca del acueducto, o de "la puente", como venía a denominarse años atrás. Evitando confusiones con la Ceca de Sevilla, que tiene como S, su marca identificativa.
A destacar en esta ceca, el excelentísimo trabajo del genio grabador Diego De Astor.
Todavía existen innumerables variantes de estilo, de ceca, de valores y de fechas...los actuales y excelentes catálogos hechos al respecto, aún habiendo mejorado mucho el mundo de la numismática, no recogen en su totalidad aquellas variantes menos comunes que de vez en cuando nos encontramos. En este blog puedes mandar las fotos de tus monedas de maravedís de busto de Felipe IV no catalogadas, sus falsas de época y también de busto reselladas y las publicaré. Correo: oscarfmlfm@yahoo.es
martes, 21 de mayo de 2019
martes, 14 de mayo de 2019
Un aliado para los vellones ricos en plata
Hace ya un tiempo, un amigo mío me enseñó los resultados de una limpieza, que nos sorprendió a ambos.
La pieza en cuestión, eran 8 maravedís de Felipe IV. Pudo conseguir esta moneda, en el mercadillo de los Domingos, de la Plaza Mayor de Madrid.
Nada más verla, entre restos de "chatarrilla", supo que la pieza, tenía posibilidades.
El cospel en sí, no parecía estar muy circulado, pero poseía una costra verdosa, que imposibilitaba asegurar, la belleza de la moneda. Mi amigo, conocedor de este tipo de peculiaridades, no dejó escapar la ocasión y efectuó una compra muy satisfactoria.
Cuando llegó a su casa, cogió presto la lupa, y se detuvo en varios puntos del campo del anverso de la moneda... Descubriendo, algo del plateado de la misma... El problema que detentaba esta pieza, era, que tenía partes del reverso en "carne viva", y al no quererlas dejar así, tuvo que acometer, un repatinado, con atmósfera de amoniaco, después de una ligera limpieza.
Horas después, cuando regresó y sacó a la pieza del bote, comprobó que la moneda se había soltado del hilo que la suspendía de la tapa, y sumergiéndose accidentalmente en el amoniaco... Temiéndose lo peor, la sacó del líquido... Y con asombro, observó, como la moneda, había conseguido mejorar, pues estaba cubierta de un baño plateado, que anteriormente a la limpieza, era casi imperceptible.
Después de este descubrimiento, mi amigo, me llamó y estuvimos hablando largo tiempo sobre lo sucedido... Lo entedimos como una casualidad, más que como una causalidad.
Pasados unos meses, un servidor, adquirió una moneda de busto de Felipe IV, de 8 maravedís de 1661 de la ceca de Madrid. El cospel , tenía ligeros toques de plateado, y por no querer tocarlos, me dispuse a hacerla una limpieza con zumo de limón, sal y papel de aluminio... sabiendo, que de estar hecha con alta liga de plata, podría quedar bastante bien... El problema, fue que me despisté y se me fueron de largo, los tiempos... Cuando la saqué del ácido, me encontré con un cospel, en ciertas partes, despatinado.
Llegó la hora de cavilar (ya encartonada la moneda), y me decidí a intentar arreglar aquel error.
Cogí la pieza y la "sumergí" en vapor de amoniaco... esta vez, sí estuve atento a los tiempos.
Sorprendentemente, al cabo de unas cinco horas, al sacar la moneda del bote, vi, como la moneda había cogido un tono verdoso muy atractivo, debido a que la poca plata del vellón, todavía presente, fue elevada por el efecto del vapor, a la superficie.
Repatinado de los mismos 8 maravedís de busto. Puede observarse la uniformidad de la pátina por la presencia de cierto plateado.
Conclusión:
Mi amigo y yo, estamos convencidos, de que el amoniaco, en este tipo de monedas, unifica la pátina y hace que emerja la pequeña liga de plata del cospel, como ya se hacía tiempo atrás, mediante procedimientos químicos, en el proceso inmediatamente anterior a las labores propiamente dichas de acuñación, de estos vellones de busto.
Por otro lado, sólo recomiendo este procedimiento, si la pátina ha sufrido desperfectos... Los procedimientos mecánicos, siempre son los más exitosos...
La pieza en cuestión, eran 8 maravedís de Felipe IV. Pudo conseguir esta moneda, en el mercadillo de los Domingos, de la Plaza Mayor de Madrid.
Nada más verla, entre restos de "chatarrilla", supo que la pieza, tenía posibilidades.
El cospel en sí, no parecía estar muy circulado, pero poseía una costra verdosa, que imposibilitaba asegurar, la belleza de la moneda. Mi amigo, conocedor de este tipo de peculiaridades, no dejó escapar la ocasión y efectuó una compra muy satisfactoria.
Cuando llegó a su casa, cogió presto la lupa, y se detuvo en varios puntos del campo del anverso de la moneda... Descubriendo, algo del plateado de la misma... El problema que detentaba esta pieza, era, que tenía partes del reverso en "carne viva", y al no quererlas dejar así, tuvo que acometer, un repatinado, con atmósfera de amoniaco, después de una ligera limpieza.
Horas después, cuando regresó y sacó a la pieza del bote, comprobó que la moneda se había soltado del hilo que la suspendía de la tapa, y sumergiéndose accidentalmente en el amoniaco... Temiéndose lo peor, la sacó del líquido... Y con asombro, observó, como la moneda, había conseguido mejorar, pues estaba cubierta de un baño plateado, que anteriormente a la limpieza, era casi imperceptible.
Después de este descubrimiento, mi amigo, me llamó y estuvimos hablando largo tiempo sobre lo sucedido... Lo entedimos como una casualidad, más que como una causalidad.
Pasados unos meses, un servidor, adquirió una moneda de busto de Felipe IV, de 8 maravedís de 1661 de la ceca de Madrid. El cospel , tenía ligeros toques de plateado, y por no querer tocarlos, me dispuse a hacerla una limpieza con zumo de limón, sal y papel de aluminio... sabiendo, que de estar hecha con alta liga de plata, podría quedar bastante bien... El problema, fue que me despisté y se me fueron de largo, los tiempos... Cuando la saqué del ácido, me encontré con un cospel, en ciertas partes, despatinado.
Excesiva "limpieza" de los 8 maravedís de busto de Felipe IV, con ceca de Madrid de 1661, con falta de pátina a lo largo de la moneda.
Llegó la hora de cavilar (ya encartonada la moneda), y me decidí a intentar arreglar aquel error.
Cogí la pieza y la "sumergí" en vapor de amoniaco... esta vez, sí estuve atento a los tiempos.
Sorprendentemente, al cabo de unas cinco horas, al sacar la moneda del bote, vi, como la moneda había cogido un tono verdoso muy atractivo, debido a que la poca plata del vellón, todavía presente, fue elevada por el efecto del vapor, a la superficie.
Repatinado de los mismos 8 maravedís de busto. Puede observarse la uniformidad de la pátina por la presencia de cierto plateado.
Conclusión:
Mi amigo y yo, estamos convencidos, de que el amoniaco, en este tipo de monedas, unifica la pátina y hace que emerja la pequeña liga de plata del cospel, como ya se hacía tiempo atrás, mediante procedimientos químicos, en el proceso inmediatamente anterior a las labores propiamente dichas de acuñación, de estos vellones de busto.
Por otro lado, sólo recomiendo este procedimiento, si la pátina ha sufrido desperfectos... Los procedimientos mecánicos, siempre son los más exitosos...
miércoles, 8 de mayo de 2019
La Ceca de Cuenca en el período de los Austrias
Cuenca se encuentra anclada entre las hoces del Júcar y del Huécar.
Desde el Museo Paleontológico de la ciudad, se puede admirar, como ésta, queda encajada, entre las sendas montañosas de estos dos ríos, dando la impresión, de que sus monumentos, con sus calles y sus gentes, habitan, recogidos por un cuenco ... tal vez por ello, el cáliz (cuenco en sus inicios) símbolo heráldico de la ciudad, hiciese referencia en sus orígenes, a esta metáfora.
Se nos presentan, muchas interpretaciones sobre el cuenco y la extrella, emblema latente de esta ciudad... La palabra "Cuenca", proviene del término etimológico en latín, Conca (concha en latín tardío)... existe una similitud de la ciudad con respecto a este molusco, en cuanto a su ergonomía visual.
Personalmente, encuentro una cercanía más que plausible, entre esta acepción y la palabra "Cuenco"... Ciertamente, desde lo alto, se ve a la ciudad , como si estuviera dentro de un recipiente.
En cuanto a la estrella, que a veces es de 6 u 8 puntas, me quedo con la teoría expuesta por más de un estudioso, de que representa, a la aparición de la Virgen María (en forma de astro), ante los ojos del rey Alfonso VIII, en la batalla decisiva por la toma de la ciudad, y la consecuente expulsión de los árabes en el periodo de la Reconquista Española.
La Ceca de Cuenca, es una de las más valoradas dentro de la numismática española.
16 maravedís de 1663 con ceca de Cuenca.
Se presupone, que existió una primera fábrica de moneda, en la zona de los castillos. Algunos autores tildan a la conocida "Calle de la Moneda" (ya existente en el siglo XV) como el emplazamiento adecuado de esta ceca. Esta casa, se situaría al lado de la Puerta de Valencia, en los márgenes del río Huécar... aunque, posiblemente, el nombre de la calle, nos despiste y no guarde relación alguna (salvo por el topónimo) con la primera ubicación de la ceca coquense...
Mayor constancia se tiene, sobre la segunda fábrica de la ciudad, construida a partir de 1661, en tiempos de la conocida pragmática de Felipe IV, que hace mención a la elaboración de la moneda de vellón nueva (maravedís de busto) construida, en principio, fuera de los límites de la muralla, bastante cerca del puente de San Antón...
Un puente, que deja pasar el agua del Río Júcar, alimentando así, las ruedas de los molinos hidraúlicos, de esta incipiente casa, tan importante para el buen arte de acuñar moneda.
Ochavo de Felipe II con ceca de Cuenca y curioso repinte del reverso, bastante poco común en esta peculiaridad.
La Ceca, perdurará sus labores de acuñación, hasta 1728. Felipe V, será quien anule su funcionamiento. Curiosamente, la maquinaria de la Casa de la Moneda de Cuenca, irá destinada a la Ceca de México.
Retrayéndonos a la época de la Reconquista, ya con Alfonso VIII, se empieza a acuñar moneda de vellón, en Cuenca.
Con Enrique IV, el impulso de la Ceca de Cuenca, es importante.
Uno de los primeros tesoreros de la Ceca de Cuenca, será Alvar García, nombrado por el rey Enrique IV.
Los tesoreros tenían la facultad de elegir a sus monederos (grabadores, abridores de cuño) y ensayadores... Entre otros oficiales y obreros...(no nos olvidemos que hasta la Real Pragmática de Medina del Campo, con los Reyes Católicos, no se establecen los oficios reglados, que seguirán patentes hasta la edad contemporánea)
Esos trabajadores, "estaban al margen de la ley civil", pues poseían sus propias ordenanzas y leyes, a modo de cuerpo militar...gozaban de ciertos privilegios, como la exención de impuestos, o la sucesión laboral garantizada para sus congéneres, pero también poseían una gran responsabilidad en sus oficios, que de no ser cumplida, era castigada severamente.
Uno de los primeros ensayadores de la Ceca de Cuenca, fue Diego Álvarez.
En esta época tan convulsa, en cuanto a economía se refiere, los monederos abusaban de su posición y en ocasiones hacían "lo que se les antojaba" acuñando en sus propios hornos monedas de fino más bajo, e incluso, propiciaban y realizaban falsificaciones.
En las falsificaciones de época, de la Ceca de Cuenca, normalmente de Bello arte, abundan aquellas piezas cortadas de tal manera, que el cospel forma un octógono.
La Ceca de Cuenca con los Austrias
Con la llegada de los Austrias, se retoman las labores de la Ceca de Cuenca.
Entre todos los cobres que se producen en las respectivas casas de moneda de España, desde Carlos I, hasta Felipe IV, se incluyen también, los de la Ceca de Cuenca.
Se resellan a su vez, las monedas de cobre, según las diferentes pragmáticas de Felipe III y Felipe IV.
En 1661, la Ceca de Cuenca, empieza a labrar moneda de busto, a martillo. A finales de ese mismo año, y hasta el 1664, se continúa acuñando moneda por laminación de molinos.
El ensayador de la Ceca de Cuenca, en época de Felipe IV, será Juan Del Castillo (C A, en monograma).
Marcas de ceca de la Casa de la Moneda de Cuenca, según reinado:
Enrique IV: Cáliz.
Reyes Católicos: C latina y C gótica.
A nombre de los Reyes Católicos: C latina, C gótica, cáliz superado de estrella de seis, nueve puntas....
Periodo de los Austrias: C. Excepción en los cuartillos de Felipe II (Cáliz)
Felipe IV, emisión de busto: Cáliz superado de estrella de seis puntas.
4 maravedís de busto de 1663 con ceca de Cuenca.
Desde el Museo Paleontológico de la ciudad, se puede admirar, como ésta, queda encajada, entre las sendas montañosas de estos dos ríos, dando la impresión, de que sus monumentos, con sus calles y sus gentes, habitan, recogidos por un cuenco ... tal vez por ello, el cáliz (cuenco en sus inicios) símbolo heráldico de la ciudad, hiciese referencia en sus orígenes, a esta metáfora.
Se nos presentan, muchas interpretaciones sobre el cuenco y la extrella, emblema latente de esta ciudad... La palabra "Cuenca", proviene del término etimológico en latín, Conca (concha en latín tardío)... existe una similitud de la ciudad con respecto a este molusco, en cuanto a su ergonomía visual.
Personalmente, encuentro una cercanía más que plausible, entre esta acepción y la palabra "Cuenco"... Ciertamente, desde lo alto, se ve a la ciudad , como si estuviera dentro de un recipiente.
En cuanto a la estrella, que a veces es de 6 u 8 puntas, me quedo con la teoría expuesta por más de un estudioso, de que representa, a la aparición de la Virgen María (en forma de astro), ante los ojos del rey Alfonso VIII, en la batalla decisiva por la toma de la ciudad, y la consecuente expulsión de los árabes en el periodo de la Reconquista Española.
La Ceca de Cuenca, es una de las más valoradas dentro de la numismática española.
16 maravedís de 1663 con ceca de Cuenca.
Se presupone, que existió una primera fábrica de moneda, en la zona de los castillos. Algunos autores tildan a la conocida "Calle de la Moneda" (ya existente en el siglo XV) como el emplazamiento adecuado de esta ceca. Esta casa, se situaría al lado de la Puerta de Valencia, en los márgenes del río Huécar... aunque, posiblemente, el nombre de la calle, nos despiste y no guarde relación alguna (salvo por el topónimo) con la primera ubicación de la ceca coquense...
Mayor constancia se tiene, sobre la segunda fábrica de la ciudad, construida a partir de 1661, en tiempos de la conocida pragmática de Felipe IV, que hace mención a la elaboración de la moneda de vellón nueva (maravedís de busto) construida, en principio, fuera de los límites de la muralla, bastante cerca del puente de San Antón...
Un puente, que deja pasar el agua del Río Júcar, alimentando así, las ruedas de los molinos hidraúlicos, de esta incipiente casa, tan importante para el buen arte de acuñar moneda.
Ochavo de Felipe II con ceca de Cuenca y curioso repinte del reverso, bastante poco común en esta peculiaridad.
La Ceca, perdurará sus labores de acuñación, hasta 1728. Felipe V, será quien anule su funcionamiento. Curiosamente, la maquinaria de la Casa de la Moneda de Cuenca, irá destinada a la Ceca de México.
Retrayéndonos a la época de la Reconquista, ya con Alfonso VIII, se empieza a acuñar moneda de vellón, en Cuenca.
Con Enrique IV, el impulso de la Ceca de Cuenca, es importante.
Cuartillo de Enrique IV con ceca de Cuenca en reverso y variante de estrella a izquierdas del rostro.
Los tesoreros tenían la facultad de elegir a sus monederos (grabadores, abridores de cuño) y ensayadores... Entre otros oficiales y obreros...(no nos olvidemos que hasta la Real Pragmática de Medina del Campo, con los Reyes Católicos, no se establecen los oficios reglados, que seguirán patentes hasta la edad contemporánea)
Esos trabajadores, "estaban al margen de la ley civil", pues poseían sus propias ordenanzas y leyes, a modo de cuerpo militar...gozaban de ciertos privilegios, como la exención de impuestos, o la sucesión laboral garantizada para sus congéneres, pero también poseían una gran responsabilidad en sus oficios, que de no ser cumplida, era castigada severamente.
Uno de los primeros ensayadores de la Ceca de Cuenca, fue Diego Álvarez.
En esta época tan convulsa, en cuanto a economía se refiere, los monederos abusaban de su posición y en ocasiones hacían "lo que se les antojaba" acuñando en sus propios hornos monedas de fino más bajo, e incluso, propiciaban y realizaban falsificaciones.
En las falsificaciones de época, de la Ceca de Cuenca, normalmente de Bello arte, abundan aquellas piezas cortadas de tal manera, que el cospel forma un octógono.
La Ceca de Cuenca con los Austrias
Con la llegada de los Austrias, se retoman las labores de la Ceca de Cuenca.
Entre todos los cobres que se producen en las respectivas casas de moneda de España, desde Carlos I, hasta Felipe IV, se incluyen también, los de la Ceca de Cuenca.
Se resellan a su vez, las monedas de cobre, según las diferentes pragmáticas de Felipe III y Felipe IV.
En 1661, la Ceca de Cuenca, empieza a labrar moneda de busto, a martillo. A finales de ese mismo año, y hasta el 1664, se continúa acuñando moneda por laminación de molinos.
El ensayador de la Ceca de Cuenca, en época de Felipe IV, será Juan Del Castillo (C A, en monograma).
Marcas de ceca de la Casa de la Moneda de Cuenca, según reinado:
Enrique IV: Cáliz.
Reyes Católicos: C latina y C gótica.
A nombre de los Reyes Católicos: C latina, C gótica, cáliz superado de estrella de seis, nueve puntas....
Periodo de los Austrias: C. Excepción en los cuartillos de Felipe II (Cáliz)
Felipe IV, emisión de busto: Cáliz superado de estrella de seis puntas.
4 maravedís de busto de 1663 con ceca de Cuenca.