Cuando los españoles llegaron a las Américas, descubrieron técnicas ingeniosas, empleadas por los indígenas, en el tratamiento de los metales preciosos, adoptando algunas de ellas, en las diferentes casas de moneda, para producir lingotes de plata más puros (Más sobre la plata y su relación con el circulante de Felipe IV)
Los mecanismos que tenían los nativos americanos, en la purificación de los metales preciosos, eran, del todo novedosos, para los "invasores".
Las Guairas
Las guairas, eran hornos que utilizaban los nativos, para fundir los metales. Estos hornos, que se ponían a trabajar, en suelo indígena, y se retraían a la época de los primeros incas... Despertaron, un verdadero interés entre los conquistadores españoles.
Eras las guairas, construcciones similares a las chimeneas, pero en una disposición invertida, construidas a veces, sólo por piedras, y otras, con la presencia de mortero, e incluso cerámica, y hueso...
Estaban orientadas, en función del curso del viento... un aire soplado que le proporcionaba una mejor combustión, al favorecer la entrada inmediata de oxigeno, por aquellos orificios que albergaba...
Tenían también, diferentes oquedades, procuradas a estar destinadas a la evacuación del humo.
Dichas "chimeneas", solían situarse, bien, en zonas elevadas, o en llanos, dependiendo de la intensidad y frecuencia del viento y eran movibles. Se alimentaban con carbón, y realizaba la fundición de metales, durante todo el día, ya que el viento las proporcionaba una continua fuente de energía.
La plata primitiva... aquellos pedazos de rocas, con todas sus impurezas, se introducía en estos hornos. Al fundirse a altas temperaturas, se evaporaba el azufre, y una ligera cantidad de plomo...quedando así, "lingotes de plata con cierta acumulación de plomo" que más tarde en diferentes procesos, serían purificados, gracias a la intervención del azogue, (el mercurio de la época) necesario, para separar el plomo de la plata. Una verdadera técnica revolucionaria observada por los españoles a principios del siglo XVI, concretamente sobre 1558.
Posible escoria de fundición, con alto contenido en cobre.
La plata se disponía en polvo, y era mezclada con el azogue. Se dejaba unos dos meses reposar en grandes patios, se lavaba y se fundía, iniciando así, su proceso de purificación. Para reducir los metales en polvo, se requiría la utilización de molinos de agua, o de sangre (Más sobre acuñación con molinos de agua) los cuales, trituraban las piedras con gran efectividad.
Los mineros indígenas ("ladinos"), se encargaban de sacar el metal de las minas.
Este método, con azogue, fue copiado por los españoles, para poder obtener plata pura y con ella realizar las acuñaciones que hoy día, son consideradas como las mejores de todos los tiempos.
En el reinado de Felipe IV la producción de plata y mercurio se vio mermada.
El azogue pasó a ser un elemento muy valioso para la corona española, tanto o más que el propio oro. Se han encontrado en ciertos navíos hundidos de la primera etapa borbónica, gran cantidad de cajones con mercurio, procedente de las Américas y de la Península Ibérica.
Hasta la llegada de los españoles a las Américas, no se había implantado en este "nuevo continente", un sistema monetario como tal, acorde al europeo. Los nativos comercializaban con distintos elementos, de los cuales destacaban el cacao como moneda de cambio principal ( el "xiquipilli"era la medida marco, equivalente a ocho mil granos de cacao), el oro, casi preferiblemente en polvo... utilizado para confeccionar arte que invocarse a sus divinidades y entre otros metales, estaño, necesario para el proceso de ciertas armas.
Con la llegada de los conquistadores al Nuevo Mundo, y debido al descubrimiento y a la explotación, de minas argénteas desconocidas haga entonces, para aliviar la cantidad ingente de metales nobles que llegaban a la Casa de la Moneda de Sevilla, se empieza a establecer una serie de cecas indianas, (Potosí, Cartagena de Indias, México, Nuevo Reino ...) que producen piezas, y que se envian con posterioridad, a Castilla, junto a lingotes de oro y plata sin acuñar... poco a poco, las monedas, irán instaurándose en las provincias americanas, como base de la economía nativa.
Una de las acuñaciones más hermosas, que existen, en el reinado de Felipe IV , con ceca Indiana, son los 8 reales a martillo (los columnarios)
Se explotaron yacimientos de mercurio en Almaden, Italia y Perú, al igual que minas de plata, por casi todo el territorio indiano, vislumbrándose sobre manera, las de Potosí.
En Huancavelica se encontraba uno de los yacimientos mayores de mercurio.
El azogue, como decimos anteriormente, se empleaba, para separar los metales menos nobles que contenía la plata. Una vez purificada, se confeccionaban en rieleras, los lingotes pertienentes, y se quintaban. Se extraía físicamente un 20% del 100% del lingote, como impuesto de quinto, y se marcaba el lingote, para dar fé, de este importe cobrado por la corona española.
El mercurio, también fue utilizado, por los falsarios, para cubrir mediante amalgamamiento, las monedas de cobre.
16 maravedís de Felipe IV, ceca de Madrid de 1663. Leyenda bastante atípica: "...Res" en sustitución de "REX". Falsa de época.
Los falsificadores, a veces utilizaban una pasta de plata y mercurio que se adhería a la moneda. Después, se calentaba a altas temperaturas, favoreciendo la evaporación de este metal líquido, quedando entonces, forrada la pieza, por plata pura.
Felipe IV, 16 maravedís. Sevilla, fecha 166?. Falsa de época.
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