El 29 de Octubre de 1660 se establece mediante Real Pragmática, la tercera etapa de producción monetaria del Rey Planeta.
Fueron años convulsos y complicados en cuanto a la economía española. La moneda, sufría en sus propias carnes, las continuas marcas de los diferentes resellos, ordenados años atrás, y perdía confianza ante los comerciantes, por culpa de un intermitente encarecimiento de la liga de plata y una abusiva y continua imitación, en el quehacer de los falsarios, que sorprendentemente, en ocasiones también utilizaban plata en sus trabajos. ( Más sobre liga de plata en falsificaciones)
Se establece en esta incipiente ordenanza, que la liga de plata en estos nuevos vellones, esté compuesta en una proporción de ley (unidad de medida que define la pureza de los metales preciosos. Quilates en oro, granos en plata) de 200 milésimas (la plata también se mide en milésimas: "1.000 milésimas" pureza máxima. En realidad, de estas 1.000 milésimas, en monedas de plata "pura", se dejan 75 milésimas para el metal que se alea con la plata, siendo la ley de la plata de cada pieza "pura" de 925 milésimas, por cada moneda. La pureza máxima de la plata, en monedas, es entonces, 925 milésimas, o 280 granos, o 12 dineros. (No confundir con los granos del mínimo divisor del marco)
Estos maravedís, tendrán un valor nominal mucho más alto que el intrínseco (el porcentaje de plata no va a ser siempre el mismo)... Lo que provocará, que de 1660 a 1664, sea el periodo más falsificado de toda la numismática española, ya que el beneficio de los falsarios es mayúsculo.
16 maravedís de Cuenca.
La pragmática indicaba: "Lábrese una moneda de plata fina ligada con cobre, en lugar de la de vellón simple"...llamadas de "vellón rico" con un contenido de "20 granos" (una catorceava parte de 280 granos) de plata (69 milésimas de fino), con un diámetro de 25 a 27 mm, labrándose 51 piezas por marco castellano. Haciendo cuentas, sale un 7,14 % de plata por cada pieza de 16 maravedís, en relación al fino de la plata de 280 granos.
El marco castellano ( patrón de peso o unidad de canon ponderal) equivalía a 230 gramos. Por lo que la talla de cada unidad ponderal, suponía en maravedís, 51 piezas de unidad mayor (16 maravedís) de 4,51 gramos cada una (cuya suma total dan esos 230 gramos).
Hasta esta nueva etapa, con el reinado de Felipe IV, no se había superado el valor de 8 maravedís. En épocas anteriores, la moneda de cobre con valor más alto (a veces con liga de plata) fueron los 8 maravedís, superados únicamente por los conocidos cuartillos u 8 mavaredís y medio. A partir de 1660 (Primeros años de los Felipes de busto) como dijimos anteriormente, se establece un nuevo valor, el de 16 maravedís con 4,51 gramos cada pieza. Este nuevo vellón, está realizado por acuñación a molino (o bien de sangre o bien de agua).
También se conocen piezas acuñadas a martillo, pero no de este valor. En esta nueva moneda, se presenta en el "anverso" al busto del monarca, mirando a derechas (a veces con fecha) y en el reverso el escudo de armas junto con la marca de ensayador, valor y ceca (a veces con fecha).
Con la Pragmática de Medina del Campo de 1497 de los Reyes Católicos, se fijó en 34 maravedís la equivalencia del real de plata. Anteriormente a la pragmática, había sido de mucho menos, de 32 maravedís.
Con Felipe IV, la suma de dos módulos de 16 maravedís constituyen casi un real; 32 maravedís, faltan 2 para constituirlo.
Los 16 maravedís, se quedan a 1 maravedí de conseguir la equivalencia del medio real (que son 17 maravedís). Con esta medida se conseguía así evitar crear demasiada calderilla, para intentar no entorpecer las relaciones mercantiles existentes. Estos 16 maravedís contemplarán marca de ensayador, debido al porcentaje de liga de plata que poseen (no siempre se dará el caso de la misma proporción...)
Las penas por falsificación se incrementaron. Estos maravedís, iban a ser el juguete preferido de los falsarios. Por un lado, su gran valor nominal incentivaba a estos falsificadores, de tal manera, que anteponían a veces los grandes beneficios obtenidos, a su propia integridad física.
Por otro lado, a mayor cospel, más facilidad en realizar el arte de las monedas.
16 maravedís. Córdoba. Rara
Os dejo dos enlaces sobre este tema, para que podáis profundizar. Son del Blog numismático de Adolfo Ruiz Calleja. Os recomiendo que los leáis, y que no paséis de largo los excelentes comentarios que se publican en su blog.
Enlaces:
El Vellón a Molino de Felipe IV (Adolfo Ruiz Calleja de Blognumismatico.com)
Pesos y Leyes en las Monedas de la Edad Media y la Edad Moderna (Adolfo Ruiz Calleja de Blognumismatico.com)
¡Muy interesante la entrada!
ResponderEliminarDejo un par de enlaces que, de alguna manera, complementan lo que aquí comentas:
http://blognumismatico.com/2015/04/12/el-vellon-a-molino-de-felipe-iv/
http://blognumismatico.com/2014/01/24/pesos-y-leyes-en-las-monedas-de-la-edad-media-y-la-edad-moderna/
Saludos,
Adolfo
Gracias Adolfo, por el comentario y los enlaces. Verdaderamente es difícil este tema...y no creas que todavía lo tengo claro.Son conceptos difíciles, porque se tiende a confundir peso con fineza del metal...
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