El primero de ellos, participa del mismo proceso de acuñación, y el otro, inmediatamente después de que la moneda haya sido acuñada.
Errores
La característica principal de estos errores, es que nos muestra monedas que poseen anverso y reverso descentrados, fuera de lo que sería la circunferencia deseada del flan acuñado, en la que deberían caber todos los elementos de la pieza, no siendo ésto así.
Con respecto al proceso de acuñación (primer error) no era raro que a veces, los rodillos que marcaban el arte de la moneda, estuvieran desajustados y por ende, mal calibrados y desincronizados el uno del otro.
Es de suponer, que el trabajo constante al que estaban sometidos los rodillos por la fuerza del agua, y la rutinaria fricción con los metales de los que se constituía el riel, hacía que a veces, no giraran ambos a la misma velocidad, ocasionando una desincronización de los cuños, que al final grababan a tiempos distintos en el cospel de la moneda.
Rodillo del Real Ingenio de Segovia. Foto de la Asociación de la Casa de la Moneda de Segovia.
A parte del constante trabajo de los rodillos, también pudiera dispararse este desajuste de cuños, porque uno de ellos estuviera más gastado que el otro y resbalase en el proceso de acuñación... originando esa mala calibración.
Sea cual fuera el motivo, podemos encontrarnos con monedas en las que el anverso, aparece centrado y el reverso, descentrado o viceversa.
En estos casos, el recortador seleccionaba una de las dos caras de la moneda para realizar el corte, quedando incompleta la otra parte, al estar mal sincronizadas.
A este error se le denomina; moneda descentrada por desajuste de rodillos de acuñación.
2 maravedís de 1663, Burgos, con arte descentrado. Más presente en reverso que en anverso, por lo que hace suponer que es error en el proceso de acuñación de la pieza. Se pueden ver las marcas de arrastre del riel. Colección del autor.
16 maravedís de Felipe IV a molino. Posible falsa de época. Desincronización de rodillos en el proceso de acuñación y recorte descentrado. Dos errores en la misma moneda. Colección del autor.
El segundo error, se daba fuera del propio proceso de acuñación. Cuando las monedas eran recortadas... a veces el recorte estaba descentrado y se salía de la gráfila, conformado en ocasiones, en un mismo cospel, el cuño de dos piezas...
Riel con varias acuñaciones, una de ellas perfectamente recortada. Foto de La Asociación de la Casa de la Moneda de Segovia.
Recorte de riel con acuñaciones de 4 maravedís de Felipe II de 1598 del Real Ingenio de Segovia. Con descentrado de cuños por desajuste del giro de los rodillos. Pieza exclusiva.
Este procedimiento segundo, se diferencia del primero, porque se puede observar claramente, tanto al anverso como al reverso, completamente alineados, a pesar de estar descentrados. Es decir, poseen el mismo grado de descentre.
A este error se le denomina; moneda descentrada por mal recorte del cospel.
8 maravedís de Felipe IV, Madrid, con arte descentrado por mal recorte. Igual grado de error presente en reverso que en anverso. Colección del autor.
Sí nos imaginamos el último proceso, en el que las piezas adquieren su dimensión de monedas, comprenderemos que seguramente se daban varias circunstancias para que éstas gozaran de dichos recortes:
Una sería, la velocidad en la cuál se recortaría la moneda, restando atención a la tarea del propio recortador, y otra, podría ser, que el riel tuviera tantas monedas por lingote laminado, que alguna no llegara a tener todo el metal necesario (se ven hoy en día, piezas con final de riel) y una manera de que todas las piezas salieran con la misma cantidad de metal, sería, si se roba el arte de cada una de ellas (más sobre el arte de las monedas de busto de Felipe IV) y se cogen como parte de la pieza final, zonas vacías del flan, en ocasiones con sus marcas de arrastre, a través de los diferentes cortes circulares (pero ésto es un suponer)
Recortador de monedas. Foto cedida por La Asociación de la Casa de la Moneda de Segovia.
Estas características, se agudizan en ciertas monedas, siendo un verdadero regalo por su exclusividad y hermosura para los coleccionistas, que sabrán valorarlas como es debido. Son monedas con muchísimo encanto, pues nos cuentan mucho más sobre su vida, su historia, y en definitiva, sobre su esencia.
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