Hoy voy a referirme a los estuches de madera o acolchados, con la presencia de bandejas apiladas, donde dejar descansar las monedas.
Lo primero de todo, es tener en cuenta, en qué tipo de región vivimos. No es lo mismo una zona con presencia de mucha humedad, como bien pudiera ser Mallorca, que otra, con humedad casi nula, como pueda ser Segovia. No es equiparable vivir al lado de un río o de un mar, que al lado de la montaña o en un lugar más desértico...
En aquellas regiones con bastante humedad, es importante disponer de un habitáculo en el que podamos meter estos estuches... En el mismo, podremos colocar bolas antihumedad, que absorberán este vapor de agua tan perjudicial para nuestras monedas.
También podemos disponer de un humidificador, que neutralice está humedad, pero puede ser molesto por el ruido que emite el propio aparato e incluso peligroso, ya que se "se come" el aire que respiramos.
Otros, preferirán disponer de medios más complicados y altamente eficaces como las centrales de tratamiento de aire... Os dejo un enlace al respecto:
https://www.murprotec.es/consecuencias-humedades/deshumidificadores-bolas-anti-humedad/
Tampoco es cuestión de alarmarse.
Pienso que con unos paquetitos de bolas antihumedad y sus respectivos cambios, cada cierto tiempo, tenemos más que de sobra.
Volviendo al tema que nos ocupa, el de los estuches, vemos que puede haber básicamente de dos tipos:
O bien de madera, o bien de cuero forrado, o sintético que emula al cuero. Ambos pueden albergar bandejas de fieltro con sus conocidos compartimentos para las monedas.
Algunos espacios son redondos y otros cuadrados. En ellos podemos depositar nuestras piezas "a pelo" o encapsuladas, con materiales óptimos...y de formas, o bien cilíndricas o bien cuadradas.
Esta manera de organizar las monedas, es muy vistosa. Yo la suelo emplear para guardar las monedas más representativas de la colección.
Distinguiremos entre monedas de oro, cobre y plata, pues, podemos tener diferentes procedimientos de "almacenaje" según el tipo de metal.
Estuche de cuero para albergar medallas o monedas.
Monedas de oro:
El oro es uno de los metales preciosos más estables que existen. Es casi incorruptible y no se oxida.
A pesar de ello, las monedas de oro pueden coger una ligera "pátina" que las hace más adorables...la reacción es sólo externa, y se da como consecuencia de las alteraciones químicas que se producen en la tierra al contacto con la pieza, pudiendo, en ocasiones, vislumbrarse tonos rojizos... En otras, circunstancias, ese brillo característico de este metal tan querido, se esconde un poco (pátina de monetario) tornándose más opaco, debido sobre todo a la suciedad... en ambos casos, es importante no limpiar la pieza, pues estas "pátinas" confieren carácter, e historia a la moneda...a veces el simple contacto con el agua, elimina estas impurezas tan peculiares.
Introducción del oro en estuches
Lo bueno que tienen las bandejas de esta serie de estuches es que albergan espacios independientes para colocar las monedas. Dichos espacios, tienen diferentes diámetros, ajustándose al tamaño de los diferentes cospeles. Pueden ser circulares o cuadrados y en ambos se pueden meter cápsulas de varios tamaños.
Yo las monedas de oro, aunque no hay necesidad, las meto en cápsulas y después en estos pequeños espacios. Digo, lo de "no hay necesidad" entendida desde el punto de vista de que no se van a oxidadar, ni nada por el estilo,no obstante, no me gustaría ver cómo alguna de ellas se cae al suelo o se golpea por un descuido accidental. Por eso prefiero encapsuladas.
Monedas de Plata:
La plata es un metal muy noble, aunque sí que produce pátina.
Suele estar aleada con otros metales menos nobles como el cobre, y reaccionar y coger tonalidades verduzcas, e incluso pequeños puntitos de corrosión cancerígena.
La pátina estable de las monedas de plata, está generada por la reacción de los cloruros de la propia plata en contacto con el aire. El metal coge un color grisáceo o negruzco, a veces con otras tonalidades. Esta pátina protege a la moneda y le da una personalidad más fuerte que si no la tuviera.
Introducción de la plata en estuches
II reales de Felipe V encapsulados.
Aquí surge un dilema... podemos introducirlas sin cápsulas, y si tenemos cuidado no lamentaremos que la moneda sufra por algún golpe que se desencade...aunque entorpeceremos que la pieza coja pátina de monetario al no estar en contacto con el aire.
Lo que suelo hacer yo, es encapsular aquellas piezas que tienen bonita pátina y las otras dejarlas al aire...ya habrá tiempo de meterlas en cápsulas.
Es recomendable echarlas un ojo de vez en cuando y voltearlas cada cierto tiempo, para que cojan el mismo tipo de pátina por los dos lados.
Monedas de cobre y bronce:
El cobre y el bronce son dos metales que sufren bastante con la humedad.
Está el temido cáncer de cobre, que hace que la moneda literalmente se desintegre en muchos casos.
Las pátinas de este tipo de metal suele ser de muchos tonos, y protegen ante la corrosión.
Azuladas, amarronadas, verdosas, negruzcas, doradas... Un sin fin de tonalidades que confieren el carácter personal de cada pieza.
Introducción del cobre y del bronce en estuches
Normalmente yo no las encapsulo, evitándome el trasiego que conlleva comprar tanta cápsula... (si tienen pátina estable es mejor dejarlas al aire) y le doy libertad al tiempo, para que las trate de la mejor manera posible. Hay que observar cada cierto tiempo, para ver si cogen algún tipo de corrosión no deseable, y voltearlas también.
Si la moneda es "muy particular", la trato como si fuera una pieza de oro, y la encapsulo. Otras veces, si la moneda ha sufrido anteriormente a la limpieza, corrosión, o si tengo dudas de la estabilidad de la pátina, la meto en cápsulas, para ver cómo evoluciona y que no contagie a las demás piezas.
6 cuartos de Isabel II. Sobre fieltro.
Por cierto, se me olvidó comentar, que también se pueden sustituir cartones, por cápsulas, en las bandejas con espacios cuadrados.
Para sitios con mucha humedad, es mejor no grapar estos cartones, para que no se oxiden las grapas...hay alternativas como todos sabemos, con adhesión mediante cartones con pegamento propio.
Conclusión: lo mejor para mi, es que las monedas respieren... pero siempre teniendo en cuenta lo mencionado anteriormente.
Tener un humidificador es clave para preservar monedas. Controlar la humedad protege las piezas numismáticas de la corrosión, manteniendo su valor histórico y su estado óptimo a largo plazo.
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